Pusimos otras cien mil tropas en el campo, ¿y las cosas no están mejores? Para mí, eso me parece que las cosas están peor.
Los banqueros siempre juegan con los precios. Pero para nosotros, eso es tres millones de dólares y representa más de cinco años de salario para veinticinco buenos reporteros.
Parece que estamos pobres de efectivo. Ya sabes… apenas solventes. Así es el negocio de los periódicos.
-Comparó a Tricia Nixon con un cono de helado de vainilla.
-Lo hizo, sí.
-Sí. Quiero decir, ¿por qué querría su padre que Judy cubriera la boda de su hija?
-¿Quieres que investigue un poco?
-No. Eso está por debajo de tu salario. ¡Pasante!
-Aquí tienes cuarenta dólares. Quiero que tomes el primer tren hasta Nueva York y ve al edificio del Times en la calle 43. No digas para quién trabajas. Pero encuentra a un reportero llamado Sheehan.
-¿Neil Sheehan?
-Sí, sí. Averigua en qué está trabajando Neil Sheehan.
-¿Eso es legal?
-¿Qué crees que hacemos aquí para vivir, chico?
Será un acto de solidaridad. Defenderán la Primera Enmienda. Les diremos que la única forma de proteger al derecho a publicar es publicando.
-Esto no es una sorpresa, Fritz... Desde el accidente de Phil.
-Arthur…
-Sin ofender, Kay, es desafortunado pero... los compradores obviamente se asustan acerca de tener a una mujer a cargo...
¿Otra docena de reporteros para qué? ¿Para pellizcarle los talones del Times? ¿Entonces podremos fingir que estamos remotamente en la misma Liga?
La única razón por la que ella está manejando las cosas, es porque él... Phil murió.
No fue un accidente. El suicidio de Phil... No sé por qué la gente insiste en llamarlo “accidente”. ¿Es para que se sientan mejor? ¿O creen que están siendo amables?
-Pero, entonces… ¿los banqueros podrían retirarse?
-Sólo si hay un verdadero desastre. Ben es atropellado por un camión y el mundo se queda sin tinta de periódico... El... El camión da la vuelta a la manzana y golpea a Ben de nuevo...
-Eventos catastróficos ocurren, ¿sabes?
-Sí. Pero el derecho de cancelación es sólo por una semana.
¿Pero es Nixon tan listo? Él nunca se rio de una de mis bromas.
Kay, no sé cómo lo haces. No sé cómo te mantienes al día con esto... tener este trabajo de día.
Quería decírtelo y quiero que lo oigas de mí primero. Hay un artículo sobre mí... saldrá en el Times mañana. No es halagador.
-Acabo de tener una conversación extraña con Bob McNamara. Y... Creo que el Times tendrá una gran historia mañana.
-¡Maldita sea!
¡Cristo! ¡McNamara sabía que no podíamos ganar en el '65! ¡Eso fue hace seis malditos años!
¿Hay alguien más cansado de leer las noticias en vez de reportarlas?
No. Son siete mil páginas detallando cómo la Casa Blanca ha estado mintiendo sobre la guerra de Vietnam durante treinta años. Es Truman y Eisenhower y Jack... LBJ mintió... Mintieron sobre Vietnam. ¿Y crees que es sólo una historia?
Hagamos nuestro trabajo. Encuentren esas páginas.
-Estoy justo a la mitad.
-Es un poco difícil de leer, ¿no? Más duro para ti, imagino.
-No. ¿Por qué?
-Ésta era tu gente... ¿McNamara? Y Kennedy y Johnson. Jack y Lyndon eran amigos de tu padre. Volaste a Texas con Lyndon el fin de semana después de su convención.
-Bob McNamara es un viejo amigo. Está pasando por mucho en su vida ahora mismo. Yo sólo... probablemente dijo todo lo que quería decir.
-¿Por qué crees?
-¿Por qué?
-¿Por qué? ¿Por qué te habla a ti?
-Bueno, te acabo de decir que es mi amigo y...
-Bueno, ¿está hablando con algún otro amigo?
-No estoy segura de apreciar la implicación de lo que...
-McNamara está hablando contigo porque tú eres la editora...
-¡Eso no es verdad!
-...del Washington Post.
-No. No es por eso.
-Porque quiere que tú lo exoneres.
-No, no hay ningún otro motivo...
-Porque te quiere de su lado.
¿Fue así como te sentiste cuando estabas de juerga con Jack Kennedy? ¿Dónde estaba tu sentido del deber entonces?
-Creo que tengo algo.
-¿De dónde los has sacado?
-Alguien los dejó en mi escritorio.
-Ninguno estaba sugiriendo secretamente que McNamara provocó al Norte, para que tuviéramos motivos para la escalada.
-Sí. Estaba en el artículo del Times. Era un buen reportaje. Deberías echarle un vistazo.
Estamos de vuelta en el partido.
-¿Crees que alguien está interviniendo tu teléfono?
-Creo que alguien podría estar interviniendo los suyos.
-Ahora… hay un tipo que ambos conocemos. ¿De acuerdo? Él estuvo allí al mismo tiempo que yo. Se fue justo después. Sabes de quién hablo, ¿verdad? ¿No es el primer tipo que se te ocurrió cuando viste el artículo del Times?
-De acuerdo, mira, tengo que irme.
-¿Cuánto tiempo hasta que puedas escribirlo?
-Puedo tenerlo para el jueves.
-¿Y si pretendemos que eres poeta y no novelista?
-Supongo que puedo arreglar algo para mañana por la noche.
Tengo los titulares de mañana.
-Esto significa que estamos en el maldito juego de pelota. Porque si el Times es cerrado...
-Si es cerrado, no hay juego de pelota. Se acabó el juego.
-Pero Katharine… cualquiera mataría por intentarlo.
-Claro. Pero no si eso significa quebrantar la ley.
Escuché que Kennedy dijo que Phil Graham era el hombre más inteligente que conoció. Para que el padre de Kay le entregue al marido la empresa, dice algo sobre el tipo.
Creo que Jefferson acaba de retorcerse en su tumba.
-¿Alguna vez los Tribunales han impedido que un periódico publique antes?
-No, en la historia de la República.
-Menos mal que no somos parte de este lío.
-Daría mi izquierda por estar en este lío.
McNamara no mintió tan bien como el resto. Pero no creo que viera lo que estaba por venir, lo que encontraríamos, pero no tardó mucho en darse cuenta
Si el público viera estos papeles, se volverían en contra de la guerra.
-Ike, Kennedy, Johnson... Violaron la Convención de Ginebra y le mintieron al Congreso y al público. Sabían que no podíamos ganar. Y aun así mandaron a los chicos a morir.
-¿Qué hay de Nixon?
-Sólo sigue adelante como todos los demás. Demasiado asustado para ser el que pierda la guerra bajo su guardia.
Alguien dijo esto, en algún momento, sobre porqué nos quedábamos, cuando sabíamos que estábamos perdiendo. El diez por ciento era para ayudar a los vietnamitas del sur. El veinte por ciento era para detener a los comunistas. El setenta por ciento era para evitar la humillación de una derrota estadounidense. ¿Setenta por ciento de esos chicos sólo para evitar ser humillados? Eso se quedó conmigo.
Van a ir tras de ti, ¿sabes? Y tengo que ser honesto: las migas de pan no son muy difíciles de seguir.
-¿No irías a prisión para detener esta guerra?
-Teóricamente, seguro.
-¿Van a publicar estos documentos?
-Sí.
-Incluso con la orden judicial.
-Sí.
-Bueno, entonces no es tan teórico, ¿no?
-Voy a necesitar dos asientos.
-¿Por qué?
-Voy a necesitar comprar dos asientos en el primer vuelo de mañana. Probablemente de primera clase.
-No me digas. Los tienes. Bueno, sólo tienes que traer tu trasero de vuelta aquí y... ven directo a la casa.
-¿Puedo hacerte una pregunta hipotética?
-Querido, no me gustan las “preguntas hipotéticas”.
-Bueno, creo que a ti tampoco te gustará lo verdadero.
-¿Tienes los papeles?
-Todavía no.
-No estoy protegiendo a Lyndon.
-No. Tienes a su antiguo Secretario de Defensa...
La noche en que fue asesinado, Tony y yo estuvimos abajo, en el Hospital Naval para estar allí y ver a Jackie cuando aterrizara. Estaba trayendo el cuerpo de Jack de vuelta en el avión desde Dallas... Y entró en la habitación. Todavía llevaba puesto ese traje rosa, con la sangre de
Jack por todas partes. Cayó en los brazos de Tony y se abrazaron el uno al otro por mucho tiempo. Y entonces Jackie me miró y me dijo: “Nada de esto, nada de lo que ves, nada de lo que digo, va a salir en tu periódico, Ben”. Y eso me rompió el corazón, yo... nunca... nunca pensé en Jack como una fuente. Pensé en él como un amigo. Y ése fue mi error. Y era algo que Jack sabía desde el principio. No podemos ser ambos. Tenemos que elegir. Y... Y ése es el punto. Los días en que fumábamos puros juntos, en la avenida Pennsylvania, habían terminado. El estudio de tu amigo McNamara lo prueba. La forma en que mintieron. La forma en que mintieron. Esos días tendrían que haber terminado. Tenemos que ser el control en su poder. Si no los hacemos responsables, entonces, Dios mío, ¿quién lo hará?
Y no tengo ningún problema en sostener a Lyndon o a Jack, Bob o a cualquiera de ellos y hacerlos responsables. Pero no podemos hacerlos responsables si no tenemos un periódico.
Hay docenas de historias aquí. El Times apenas ha arañado la superficie.
-¿Puedo interesar a alguien en una limonada?
-¿Tiene vodka?
-Perdóname, Bob, yo... sabes que estás lidiando con muchas cosas, pero... pero es tan difícil de hacer, tratar de entender por qué o cómo pudiste haber hecho todas estas cosas. Cómo pudiste mentirnos a todos.
-Bueno... Es fácil que los periódicos nos caractericen como mentirosos… estábamos intentando echarnos atrás...
-Sí, pero lo dejaste seguir y seguir y seguir... Mi hijo está en casa ahora y a salvo... Gracias a Dios. Pero lo viste irse. Sabías que no podíamos ganar allí. Durante años y años y años y aun así me dejaste... dejaste que muchos de nuestros amigos mandaran a nuestros chicos...
-Kay, estábamos haciendo lo mejor que podíamos. Era Teoría del Dominó, contención. Y eventualmente, sentimos que la presión militar era lo único que iba a llevar a Ho Chi Minh a la mesa. Nuestro proceso de toma de decisiones fue...
-“Defectuoso”. Fue defectuoso. Eso es lo que dice tu estudio.
-Sí.
-Creo que estabas tratando de hacer lo mejor. Y sé lo difícil que puede ser tomar decisiones que...
-Muy amable de tu parte.
-Bueno, lo que venga después no será tan amable.
-¿Tienes los papeles?
-Digamos que puede que tenga que tomar una gran decisión.
-Eso es un delito, Ben.
-Eso es sólo si los documentos que imprimimos pudieran dañar a los Estados Unidos.
-Hay un Juez Federal en Nueva York que parece creer que podrían.
-Bueno, tengo a seis periodistas experimentados, en la habitación de al lado, que han estado reportando sobre esta guerra durante los últimos diez años. Y pondré mis probabilidades de que tengan una mejor idea de lo que podría dañar a los Estados Unidos, que un Juez que está ahora mismo vadeando en este territorio por primera vez.
-Bien, Ben… mira… sabemos que tus reporteros tienen talento. Pero El New York Times pasó tres meses revisando estos documentos. Tienes… ¿cuánto, siete horas hasta que el periódico se imprima? ¿Puedes decirme honestamente que eso es suficiente tiempo para asegurarnos de que ni un solo plan militar, ni un solo soldado estadounidense, ni una sola vida estadounidense será puesta en peligro y que esto no dañará a los Estados Unidos si lo publicas?
-Sí.
-¿Estás seguro de eso?
-¡No! Por eso los llamé.
El estudio era para la posteridad. Fue escrito para académicos en el futuro y ahora mismo, todavía estamos en medio de la guerra. Los periódicos no pueden ser objetivos. Supongo que el público tiene derecho a saberlo. Pero preferiría que el estudio no se difunda ampliamente hasta que pueda leerse con alguna perspectiva.
Estoy aquí pidiendo tu consejo, Bob. No tu permiso.
-Estoy preocupado, Kay. Sabes, trabajé en Washington durante diez años. He visto a esta gente de cerca. Bobby y Lyndon eran clientes duros. Pero Nixon es diferente. Tiene gente realmente mala a su alrededor. Y si lo publicas, él traerá lo peor de ellos.
¡Nixon es un hijo de perra! Te odia. Odia a Ben. Ha querido arruinar el periódico durante años. Y no tendrás una segunda oportunidad aquí, Kay. El Richard Nixon que yo conozco reunirá todo el poder de la Presidencia. Y si hay una forma de destruir a tu periódico, por Dios… ¡la encontrará!
-Sí, Ben, pero si perdemos...
-Con lo que te pagamos, no deberías perder.
-¿Crees que me importan dos mierdas las estaciones de televisión?
-Deberías. Ellos ganan mucho más dinero que tú. Y sin esos ingresos, nos veríamos obligados a vender.
-Si el Gobierno gana y nos condenan, el Washington Post, como lo conocemos, dejará de existir.
-Bueno, sí vivimos en un mundo en el que el Gobierno puede decirnos lo que podemos y no podemos imprimir, entonces el Washington Post como lo conocemos ya ha dejado de existir.
-¿Disfrutando la pelea?
-Sí, ¿quién gana?
-Nixon.
-Ben, hay preocupaciones aquí que están, francamente, por encima de tu nivel salarial.
-Bueno, hay unas cuantas por encima del tuyo. Como la maldita libertad de prensa.
-Seamos civilizados, si podemos.
-¿Crees que Nixon va a ser civilizado? Trata de censurar al maldito New York Times.
-Sí. El Times. No al Post.
-¡Es la misma maldita cosa! Es una pelea histórica. Si ellos pierden, nosotros perdemos.
-Con el debido respeto, todos nosotros tenemos todo que perder si no publicamos. ¿Qué pasará con la reputación de este periódico? Todo el mundo se enterará de que tuvimos el estudio. ¡Demonios, apuesto que la mitad de la ciudad ya lo sabe! ¿Cómo se verá si nos quedamos sin hacer nada?
-Pareceremos prudentes.
-Parecerá que tuvimos miedo. Perderemos. El país perderá. Nixon gana. Nixon gana ésta y la siguiente. Y todas las que seguirán, porque estábamos asustados. Porque la única forma de hacer valer el derecho a publicar, es hacerlo.
Vamos... a hacerlo. Hagámoslo.
-Señor Bagdikian, ¿qué tan probable es que su fuente y la del Times, sean la misma persona?
-Es probable.
-¿Qué tan probable?
-Muy... Es muy probable.
-Vamos a publicar. No pensé que Kay lo haría.
-Eso es valiente.
-Bueno, no es la única que es valiente.
-¿Qué tienes tú que perder?
-Mi trabajo. Mi reputación.
-Ben… ¡por favor! Ambos sabemos que esto no hará nada más que pulir tu reputación.
Kay está en una posición en la que nunca pensó que estaría. Una posición que estoy segura de que mucha gente no cree que debería haberlo hecho. Y cuando te dicen una y otra vez que no eres lo suficientemente buena, que tu opinión no importa tanto, cuando no miran más allá de ti, cuando para ellos ni siquiera estás ahí, cuando esa ha sido tu realidad durante tanto tiempo, es difícil no dejarse creer que es verdad. Así que, el tomar esta decisión, el arriesgar tu fortuna y la empresa... que ha sido toda tu vida… bueno, creo que eso es valiente.
Se suponía que nunca debía estar en este trabajo. Cuando mi padre eligió a tu padre para dirigir la empresa, pensé que era la cosa más natural del mundo. Estaba tan orgullosa porque, ya sabes, Phil era tan brillante y él era tan dotado y... Pero pensé que así era como debía ser. Todo el mundo pensaba así entonces.
Pero me encantó el periódico, sabes, me encanta. Me encanta el periódico, no quiero que sea culpa mía. No quiero ser yo quien... No quiero dejar que Phil y mi padre y todos ustedes, niños, se decepcionen.
Ahora dejándolo de lado… Katharine… me he dado cuenta de cuánto tienes en juego.
-Sí. Sin embargo... el prospecto también habla de la misión del periódico, que es una destacada colección de noticias y reportajes, ¿no es cierto?
-Sí.
-Y... Y también dice que el periódico será dedicado al bienestar de la Nación y a los principios de una prensa libre.
-Sí, pero...
-Entonces, se podría argumentar que los banqueros ya fueron notificados.
-Pero Kay… estas son circunstancias extraordinarias.
-¿Lo son? ¿Lo son? ¿Para un periódico? ¿Uno que cubre la Casa Blanca de Nixon?
¿Puedes garantizarme que podríamos ir a imprimir sin poner en peligro a ninguno de nuestros soldados?
-Fritz, no la vas a dejar hacer esto, no puede...
-No. Ella puede, Arthur. Y es enteramente su decisión.
Esta empresa ha estado en mi vida durante más tiempo que la mayoría de las personas que trabajan allí han estado vivas... Así que no necesito el sermón sobre el legado. Y ésta ya no es la empresa de mi padre.
Ya no es la empresa de mi marido. Es mi empresa. Y cualquiera que piense lo contrario, probablemente no debe de pertenecer a mi Consejo.
Mi decisión sigue en pie. Y yo me voy a la cama.
¿Habría publicado el Post planes militares para el Día D, si los hubieran tenido por adelantado?
-Mañana iremos a juicio con el Times.
-¿Por qué estás tan feliz?
-Siempre quise ser parte de una pequeña rebelión.
Creo que la lección es que la gente de este país no puede permitirse dejar que el Presidente dirija el país él solo. Incluso los asuntos exteriores no son más que asuntos internos.
-Todos siguieron tu ejemplo. Ya lo publicaron en sus periódicos.
-Al menos no estamos solos.
Pase lo que pase mañana, ya no somos un pequeño periódico local.
Mi hermano... sigue por allá. Y... bueno… espero que ustedes ganen. Además, me gusta que alguien les diga a estos tipos qué es qué. Pero no le diga a mi jefe que dije eso.
-Es bueno estar del mismo lado para variar.
-Te diré lo que es bonito. Salir en la portada de su periódico diariamente.
-Debe haber mucha gente de Boston a Washington leyendo sobre nosotros.
-Sí, bueno, supongo que es apropiado dado lo que está en juego.
La prensa debería de servir a los gobernados, no a los gobernadores.
¿Sabes lo que dijo mi marido sobre las noticias? Las llamó el primer borrador de la historia. Eso es bueno, ¿no? Bueno, no siempre lo hacemos bien. No siempre somos perfectos. Pero creo que simplemente, seguiremos en ello, ¿sabes? Ése es el trabajo, ¿no?
Creo que podríamos tener un robo en progreso en el Watergate...
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