Hace unos días, me puse a hacer cuentas y me di cuenta que habíamos cumplido quince años en Internet. La prehistoria de “Libreta Chatarra” (http://libretachatarra.blogspot.com) fue “Super Chatarra Special” (www.superchatarra.com.ar) que empezó en la red, con entregas semanales, un lunes 3 de abril del 2000. Mucha agua pasó desde el puente. De entregas mensuales (con algunas actualizaciones en el medio), hasta el salto al blog con entradas casi diarias.
De ese primer número rescatamos algunos de esos artículos. Algunos chistes, un par de textos y la primera crítica de cine que hicimos en este rincón chatarra. Muchas cosas nos pasaron, muchas cosas me pasaron, en estos tres lustros. Mucho cambiábamos, pensamos otras cosas, nos desilusionamos y nos volvimos a ilusionar. Pero hay algo que no cambió: la satisfacción que tenemos escribiendo en este espacio.
Gracias a todos los visitantes que han pasado por acá y nos han dejado su granito de arena. Gracias a todos los colaboradores que nos arrimaron su aporte en estos años. Abrazo a la distancia a todos.
instrucciones para elegir en un picado
Cuando un grupo de amigos no enrolados en ningún equipo se reúnen para jugar, tiene lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer quiénes integrarán los dos bandos. Generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo o pisada y luego cada uno de ellos elige alternadamente a sus futuros compañeros. Se supone que los más diestros serán elegidos en los primeros turnos, quedando para el final los troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances. El hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida. Sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo aceptan o lo rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en el grupo. A lo largo de los años, muchos futbolistas advertirán su decadencia, conforme su elección sea cada vez más demorada.
Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector, observó que sus decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades.
Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos más queridos. Por eso elegía a los qué estaban más cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces.
El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.
ALEJANDRO DOLINA
“Crónicas del Ángel Gris”
¿qué hora es?
Una noche oscura en algún lugar del mundo 5 señoritas muy bonitas y muy necesitadas de hospedaje, llegan a un hotel y le preguntan al conserje si tendría algún lugar para ellas. El conserje las mira y le dice muy triste que lo único que le queda es una habitación en la bodega con 5 cuchetas.
¿Qué hora es en ese momento?
Un cuarto para las 5
Al rato llegan al hotel 5 muchachos pidiendo también hospedaje, y el conserje les explico lo sucedido, y les propuso que si las 5 muchachas aceptaban que ellos se hospedaran con ellas en la bodega no habría problema, las niñas fueron consultadas y aceptaron sin pensarlo.
¿Qué hora era en ese momento?
5 para las 5
Luego, el conserje muy preocupado, y al no oír ningún ruido en la habitación, se pone a mirar por la cerradura y los ve.
¿Qué hora era en ese momento?
¡Las 5 clavadas!
quien esté libre de culpa
La multitud está a punto de lapidar a la prostituta. Se adelanta Jesús y dice: "Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que tire la primera piedra".
Una viejita sale del grupo y le arroja un cascote a la prostituta, desmayándola.
"Sos una desubicada, mamá" dice Jesús.
la inutilidad de los libros
Me escribe un lector:
"Me interesaría muchísimo que Usted escribiera algunas notas sobre los libros que deberían leer los jóvenes, para que aprendan y se formen un concepto claro, amplio, de la existencia (no exceptuando, claro está, la experiencia propia de la vida)".
No le pide nada a usted el cuerpo, querido lector. Pero ¿en dónde vive? ¿Cree usted acaso, por un minuto, que los libros le enseñarán a formarse "un concepto claro y amplio de la existencia"? Está equivocado, amigo, equivocado hasta decir basta. (...) Si hubiera un libro que enseñara a formarse un concepto claro y amplio de la existencia, ese libro estaría en todas las manos, en todas las escuelas, en todas las universidades, no habría hogar que, en estante de honor, no tuviera ese libro que usted pide. ¿Se da cuenta? No se ha dado cuenta todavía de que si la gente lee, es porque espera encontrar la verdad en los libros. Y lo más que puede encontrarse en un libro es la verdad del autor, no la verdad de todos los hombres. Y esa verdad es relativa... esa verdad es tan chiquita... que es necesario leer muchos libros para aprender a despreciarlos.
ROBERTO ARLT
Aguafuertes porteñas
#1
algunos apuntes de guión sobre "¿quiéres ser john malkovich?: los peligros del modelo "deus ex machina"
DEUS EX MACHINA: expr. lat. usada para significar la intervención de un poder sobrenatural en la resolución de una dificultad grave.A "¿Quieres ser...?" le sobra ingenio, pero le falta corazón. Salimos del cine del mismo modo en que entramos, $3,50 más pobres (odio dar propina). ¿Qué falla para que, después del original planteo, la película se derrumbe en la intrascendencia?
La primera presunción apunta a los riesgos de lo que voy a llamar, si se me permite, el modelo "Deus ex machina". En la antigüedad, ciertos limitados autores teatrales resolvían las insolubles tramas de sus obras echando mano a un recurso barato: la aparición de Dios. Mediante una cuerda bajaban a un actor representado a Dios quien resolvía todos los conflictos irresueltos con su innata omnipotencia (Dios descendiendo de una máquina = "deus ex machina").
El cine de estos tiempos sigue usando este recurso, aunque cambiando la naturaleza divina por otras esencias, más o menos extraterrestres. No obstante, prescindiremos de su análisis. Nos concentraremos en ese tipo de historias que empiezan "normalmente" y que, en algún momento de su trama, quiebran su "normalidad" por la aparición de un elemento sobrenatural que cambian drásticamente su naturaleza. Cuando hablamos de "elemento sobrenatural" no nos referimos a la naturaleza divina de la aparición en cuestión. Lo definimos como sobrenatural porque escapa a la propia normalidad que, hasta ese momento, el relato expone.
Recuerde: en la mayor parte de las películas, en los primeros quince minutos se presentan los personajes y el contexto. Son los axiomas del teorema, el contrato que firmamos con el espectador. Decimos: estos son los protagonistas, de esto se trata la historia y con esto te voy a entretener las próximas dos horas.
El modelo "deus ex machina" rompe con este contrato, sólo minutos después de haberlo convenido. Por eso el impacto que provoca en el espectador (en términos dramáticos, por supuesto) es tan fuerte. De ahí en más el tipo ya no nos cree. El que me mintió una vez, me va a seguir mintiendo. Y va a estar atento toda la película, esperando la próxima mentira.
Ejemplos. En "La rosa púrpura de El Cairo", Woody Allen nos hace creer que vamos a ver una historia de una mujer soñadora que encuentra su refugio en el cine, durante los años de la Gran Depresión. Mentira. Sale el actor de la pantalla y la historia costumbrista gira hacia la alegoría. Otro giro violento: "Psicosis" es la historia de un robo y de una huida, hasta que Janet Leigh se aloja en el Motel Bates. A partir de ahí la película cambia: ahora nos cuenta la historia de un enfermo mental con doble personalidad. Nótese que aquí la aparición no es "sobrenatural", en términos usuales; sí lo es de acuerdo al contexto en que se desarrollaba la historia.
Otros ejemplos: "El juego de las lágrimas" que gira de un romance heterosexual u otro homosexual. "Sexto sentido" (no, no en esa escena, en una anterior): pasamos de un thriller psicológico a uno fantástico, cuando Bruce Willis escucha las cintas de su anterior paciente y descubre que ha grabado una voz de ultratumba. Las alucinaciones del nene dejan de ser un síntoma clínico, para introducirnos a otra realidad: la vida después de la muerte. Otro ejemplo cercano: "Matrix", en el momento en que Keanu Reeves es rescatado de la Matriz y descubre que el mundo "normal" es una ficción, un sueño que ha estado soñando. Otra más: la luz sobrenatural que convierte a Travolta en un "Fenómeno".
En general, como puede verse en estos ejemplos, la aparición "sobrenatural" no sólo ejerce un fuerte efecto en el espectador, sino también en la estructura. Casi siempre la aparición produce un cambio de género. Este efecto está atenuado por la publicidad previa a la película, que nos anticipa la historia antes de verla. Pero el efecto está. Por caso, un espectador desinformado no sabrá que "Matrix" es una historia de ciencia-ficción hasta que Reeves deje la Matriz.
Una propiedad adicional del modelo: casi nunca es necesario "explicar" el hecho sobrenatural. Sólo "sucede". Salvo en la ciencia-ficción donde, por las reglas del género, se exige una explicación "científica".
En "¿Quiere ver...?" el descubrimiento del portal John Malkovich altera la "normalidad" de la historia. Si la película era la historia de un frustrado titiritero con una esposa bichera y un trabajo mediocre, a partir del portal hay que cambiar de género. No se puede seguir como hasta entonces, como si no hubiese sucedido el hecho sobrenatural, so pena de resentir la verosimilitud de la historia (verosimilitud, desde ya, de acuerdo al Universo autoimpuesto por el planteo del filme).
Y aquí, sospecho, es donde flaquea la historia. En la elección del género a seguir. Puede ser ciencia-ficción, la sátira social o quizás la alegoría. En ese punto se abren muchas historias, muchas posibilidades, pero hay que elegir una. Y Spike Jonze quiere contarlas todas y al mismo tiempo. Acorde a esto, cambia al protagonista de la historia, el personaje que hace avanzar la acción. En un principio es Craig, luego Lotte, después Maxime, un rato después el mismo Malkovich, nuevamente Craig, finalmente Lester. Es un síntoma del problema. No sé quien conduce la acción porque no sé cuál es la historia a contar.
Otros síntomas del problema: el desenlace forzado (como si la historia se resistiera a fluir naturalmente) y las incoherencias en las conductas de los protagonistas. Ejemplos de esto último: la odisea de Lester y los receptáculos parece propia de una película de "Sábados de Super Acción". La gélida Maxime muestra sentimientos en los últimos dos minutos del film. El otrora témpano calculador cae apasionadamente en brazos de Lotte, sin importar en que cuerpo esté (la certeza de que ella la embarazó es, al menos, un acto de fe). El sacrificio de Craig para mostrar la autenticidad de su amor no es sólido: ya sabe que fuera de Malkovich nadie (ni siquiera Maxime) lo respeta. ¡Ah! ¿Y Malkovich? Bien, gracias...
Es lícito que me pregunten: "Y bien, ¿qué historia hubieras contado? ¿Qué género hubieras elegido?". Si me dan a elegir me hubiera quedado con una sola historia: la del hombre que para conquistar el amor de una mujer debe convertirse en otro hombre. Es una historia de "no-amor". Si para que me ames tengo que convertirme en otro hombre, entonces ya no soy yo, ya no me amas a mí, no me amas por lo que soy. Esa victoria será pírrica: te habré obtenido pero, a la vez, te habré perdido para siempre. Claramente, de elegir esta historia, la única elección posible es la alegoría. Y la alegoría con mucha poesía en su ejecución. Como modelo, me remito a "La rosa púrpura...".
Desde ya, no es la única historia posible. Todo guión es la elección de un Universo entre cientos posibles. "¿Quieres ser...?" pudo ser la historia de una mujer que, en el cuerpo de un hombre, se dio cuenta de su homosexualidad. También la historia fantástica de un alma inmortal que vaga de cuerpo en cuerpo desde el inicio de los tiempos. O quizás, el mundo interior de un famoso actor, el ego desmedido que esconde sus miedos y deseos ocultos.
Y la historia elegida subordina el juego de personajes necesarios para desarrollarla. De contar la historia de "no-amor", Lotte viene sobrando, así como la subhistoria de Lester. Me animo a decir que John Malkovich no era indispensable. Podía haber sido cualquier otro hombre. Nótese que, de elegir otra historia, los personajes descartados serían otros.
Un último detalle: en cualquier historia,los personajes deben tener corazón. Nuestro héroe, por más decadente que sea, debe tener una cualidad con la que identificarnos. Un gesto noble, un rasgo que lo justifique ante nuestros ojos. Homero Simpson nos resulta simpático porque, a pesar de su indolencia y vulgaridad, cada tanto exhibe algún rasgo de nobleza.
Los personajes de "¿Quieres ser...?" no tienen escrúpulos. Egoístas, se entregan a sus deseos sin pruritos de conciencia. Pueden encerrar en una jaula a su esposa, despreciar con soberbia los mejores intentos de un enamorado, usurpar el cuerpo de otra persona sin respeto alguno por su libre albedrío. Son miserables y ni siquiera tienen la redención del género: "¿Quieres ser...?" no es una sátira social ni siquiera una comedia de humor negro.
En síntesis, una película mirable, arriba de la media general, debajo de la indulgencia unánime de la crítica vernácula, con algún que otro momento divertido, un planteo ingenioso, una irreconocible Cameron Díaz (cosa que jamás, pero jamás, le vamos a perdonar al director) y un abanico de posibilidades que se nos abre al salir (pero sólo al salir) del cine.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario